Sensibilizar acerca de una realidad social como es el de las enfermedades mentales y el impacto que tienen en la vida de las personas que las sufren y sus entornos.
Desestigmatizar a las personas que padecen enfermedades mentales, ver que más allá del diagnóstico hay un individuo con inquietudes, anhelos, talentos, etc. Humanizar, en definitiva, a las personas diagnosticadas.
Generar un debate sano, enriquecedor, que refuerce valores como el pensamiento crítico, la empatía, la solidaridad y la proactividad. En definitiva, implicar a jóvenes en la creación de una sociedad más humana que integre la diversidad.