En esta fase pondremos atención en trabajar lo siguiente:
* Identificar creencias limitantes e inercias de pensamiento dañinas y promover nuevas formas de pensamiento más saludables y nutridoras.
* Reprogramar nuestra mente para ampliar nuestra percepción, cuestionar algunas representaciones internas y transformar, en definitiva, nuestra narrativa interior, es decir, cómo interpretamos la realidad y qué nos decimos a nosotros mismos acerca de la misma.
* Reconocer los propios mecanismos de autosabotaje, la voz hipercrítica e hiperexigente que forma parte de nuestra personalidad, y aprender a cuestionarla e integrarla.
* Ver las máscaras a través de las que actuamos en el mundo, los roles que interpretamos en nuestro día a día, las corazas con las que nos vinculamos y que nos alejan de nuestra esencia. En esta etapa tratamos de desenmascarar las múltiples caras de nuestro EGO.
* Aprender a discriminar aquel contenido valioso y nutritivo para nuestra alma, de aquello que no va con nuestra esencia y que no aporta valor a nuestra vida. La energía debe estar disponible para edificar algo constructivo.
* Promover la reflexión, el pensamiento crítico, el cuestionamiento de lo aprendido para elaborar nuestros propios pilares y valores esenciales y vivir en coherencia con ellos.
* Asumir la responsabilidad de la propia vida, es decir, hacerse cargo y atender las demandas de nuestro niño interior, ya sean de aprobación, reconocimiento, amor, seguridad, aceptación, etc. En esta etapa nos damos aquello que necesitamos para sentirnos valiosos.