Martes. Enciendo el televisor. Los medios de comunicación informan acerca de la incidencia de los trastornos mentales como consecuencia de la pandemia: el número de personas diagnosticadas ha aumentado exponencialmente (me llevo las manos a la cabeza). Viernes. En la sala de espera del centro médico escucho hablar de depresión, ansiedad, estrés, fobias, etc. Y seguro que acierto si digo que a la mayoría les recetarán alguno de los fármacos «tan en moda» hoy en día: orfidal, lorazepan, sertralina,…entre otros. Me produce un profundo desconcierto y mucho malestar al comprobar lo poco que ha avanzado la atención primaria en estos últimos años: es decir, siguen carentes de psicólogos o terapeutas…